Por Arnoldo Arana
Detrás de cada forma externa hay un poder interno
Las formas o estructuras externas siempre son generadas por un poder interior. El poder que es interno, precede a la forma, que es externa, y no al revés. El hombre es reflejo de este principio. El hombre, según la Biblia, está formado por tres componentes: espíritu, alma y cuerpo. El espíritu representa la parte que Dios ha puesto de sí en el hombre. El espíritu es el principio de vida divina que vivifica al hombre. A través del espíritu podemos palpar y percibir a Dios, y él se puede comunicar con el hombre. El alma es la vida propia del hombre, su identidad, su yo propio. Representa el intelecto, las emociones y la voluntad propia del hombre. El cuerpo es el envoltorio que sirve de instrumento de expresión para el alma.
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